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Foto: Eduardo Scanegatta. |
Sergio Parapugno pasó por Seis
en Línea Radio luego de consagrase campeón de los Fiat 600 ATN. El piloto de
Lanús le ganó la pulseada a Nicolás Ayestarán y Facundo Wernisch y dejó atrás
el triste episodio de 2016, cuando se alzó con la corona de la categoría, pero
fue excluido en la revisión técnica.
En el aire de URBE 97.3, el
flamante monarca habló de todo: sus sensaciones, el desarrollo del fin de
semana, el complicado inicio de temporada, la posibilidad de abandonar el
campeonato y el presente de la categoría en la que también se desempeña como
dirigente.
“Uno todavía no termina de
entender la felicidad de haber logrado el campeonato. Se festejó por segunda
vez, pero esta vez sabíamos que estaba todo bien. Lo de 2016 fue un error del
reglamento, no nuestro. Estábamos confiados de que si se daba en pista en la
técnica no iba a suceder nada”, expresó Parapugno.
-¿Cómo se fue dando el fin de
semana para ustedes?
-El sábado el coche fue
contundente en la primera salida, pero no en la segunda. En clasificación
fuimos terceros y Nico ya nos sacó una pequeña ventaja. Hicimos una serie
bárbara los dos, donde yo piqué adelante y sobre el final el aprovechó un error
mío para ganarme por 0.009. Ahí nos sacó otro punto, aunque eso no nos cambió
el escenario previo a la final. Dio gusto correr una serie así, porque hicimos
un montón de maniobras y no nos rozamos ni los espejos, hubo unos códigos
impresionantes.
-¿Y la final cómo la pensaste?
-Yo sabía que con llegar delante
de Ayestarán ya se terminaba todo. Tuve una excelente largada y lo pude pasar
al final de la recta, pero lo tuve toda la carrera pegado. Me concentré en no
cometer ningún error y cuando entró el pace car me quería morir. Yo pensé que
faltaban más vueltas e iba a tener que seguir peleando con dos monstruos como
Facu y Nico, pero cuando me avisaron que el banderillero había agarrado la
cuadriculada se me salía el corazón del pecho.
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Foto: Eduardo Scanegatta. |
-¿Cómo fue la vuelta de honor
ya como campeón?
-Una vez que crucé la meta
exploté en llanto y era bronca acumulada del campeonato que se había escapado
en 2016. A mitad de año Facu Wernisch llevaba muchos puntos de ventaja y yo
venía de mal en peor. Había tomado la decisión de bajarme en caso de no sumar
bien en la fecha doble. En el verano habíamos hecho algunos cambios grandes y
no aparecía los resultados, lo que nos hizo perder muchas chances. Por suerte
seguimos y la perseverancia nos convirtió en flamantes campeones de ATN.
-En tu rol de dirigente, ¿qué
balance podés hacer del 2019 para los 600 ATN?
-La categoría cerró un año muy
bueno. Terminamos con un promedio de 24 autos en un año difícil para el país.
Hubo carreras con 30 coches y no lo podíamos creer, pero la realidad es que la
dirigencia trabaja mucho para bajar los costos del fin de semana. Se consiguen
publicidades para tener competencias gratis, se le da una mano a aquel que esté
complicado y también se regalan las licencias, tanto medica como deportiva, lo
que termina sacándole algunos pesos de encima a los pilotos.